sábado, 17 de septiembre de 2011

Cuento Breve: La Sombra


Cerró los ojos, esperando que su silueta se hubiera desvanecido, pero cuando volvió a mirar él seguía ahí, en medio de las sombras de su dormitorio; en un rincón junto a la pared. La noche era oscura. Incluso la luna parecía haberse escondido, contagiada de sus temores.

Era idéntico a si mismo, excepto por sus ojos: ojos negros como un abismo; un pozo sin fondo donde se veía reflejado. Trató de llamar a sus padres pero con horror se dio cuenta de que no era capaz. El miedo se aferraba a su garganta, desgarrando su voz en un hilo colmado de angustia.

Volvió a cerrar los ojos pero esta vez no los abrió. Se dejó embriagar por aquella falsa oscuridad, pobre remedo de la otra, la real,  que se apretujaba a su alrededor como los contornos de cientos de fantasmas, envidiosos de su vitalidad, de su calor.


El sueño llegó bajo la forma de una grotesca pesadilla donde veía aquellos ojos encima de él, observándolo, a los pies de su cama. Y una respiración monótona, incesante.

O quizás solo era el viento.

A la mañana siguiente él seguía ahí. Lo vio a través del espejo, en el baño, a su espalda; observándolo, siempre observándolo, como una sombra. Su sombra.

No dijo nada. Quizás se había vuelto loco. Tantas veces había maldecido su suerte y ahora lo abrazaba la locura.

Afuera lloviznaba.

Su padre lo llevó a la escuela. Ninguno dijo nada al otro, como siempre.  Él seguía ahí, en el asiento de atrás. Evitó mirarlo.

De haber podido se hubiera bajado del auto y hubiera corrido sin detenerse hasta desaparecer. No huía de aquella sombra de sí mismo, sino de lo demás. De todo lo demás.

Sabía lo que le esperaba una vez llegaran a destino.

Tan pronto como su padre se hubo marchado alguien lo golpeó, solo porque sí. Un grupo de alumnos se burló de él. Trató de no prestarles atención. Era parte de su vida. Siempre había sido así. Siempre había habido alguien dispuesto a humillarlo, o a ignorarlo.

Y en la sala, en un rincón junto a la pizarra, él lo observaba. Pero esta vez, con espanto, vio como sus labios se deformaban en una extraña sonrisa. Se acercó. No fue capaz de huir ni de hacer nada más que esperar. Entonces le dijo al oído:

—¿Por qué me temes si fuiste tú quien me llamó? Me has estado llamando todo este tiempo para que haga lo que tú no tienes el valor de hacer.

Asintió, tembloroso.

—Cierra los ojos.

Así lo hizo. De improviso el bullicio cesó. La realidad se había convertido en oscuridad y silencio. Silencio y oscuridad.

Era agradable.

Luego de un largo rato los ojos volvieron a abrirse. Todo permanecía en una extraña quietud. Con horror se dio cuenta de que todos sus compañeros estaban muertos. Sus cuerpos esparcidos sin ningún orden por la sala. Grotescos. Ensangrentados. Vaciados de toda vida.

Sin saber por qué se miró sus propias manos. Estaban cubiertas de sangre.

Una risa insana brotó de su garganta. La cara se deformó ante una alegría abyecta. Y, sin embargo, una extraña paz lo inundó. Algo se había liberado para siempre.

Cuando lo encontraron aún sonreía. Los ojos se habían vuelto negros como dos abismos.

Ya no había ninguna sombra.




11 comentarios:

  1. ¡Buen trabajo, Javier! Aunque no lo considero de terror u horror en sí, creo que tiene un buen ritmo (como ya se ha hecho costumbre al leerte) y se construye una buena sensación de suspenso.

    Eso sí, el uso de la puntuación me hace un poco de ruido. Siento que hay demasiados puntos seguidos que dificultan la fluidez en algunas partes. Sabes que no soy un gran defensor de las comas, pero creo que en este caso serviría trabajar con ellas, además de puntos y comas y algunos dos puntos que se me ocurre podrían mejorar ese aspecto.

    Saludos cordiales,

    F.

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  2. No conocía tu lado terrorífico.

    Me encantan tus haikú camuflado de prosa narrativa.

    Good Job.

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  3. Gracias por comentar. Y si, Felipe, a veces tiendo a abusar de los puntos seguidos. Por otro lado casi no uso los punto y coma. Cosas que tengo que corregir. El cuento en si es un ejercicio narrativo. Lo escribí y publiqué tal como salió. Para soltar la mano :)

    Saludos!

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  4. Para ejercicio está bastante bien, sobre todo porque trabaja desde un motivo literario recurrente, el doble, y lo hace de una manera que no se siente forzado. Me recordó al mismo tiempo a William Wilson de Poe, al cuento del doble de Benedetti (no recuerdo ahora cómo se llama) y hasta a Carrie de King.

    Viendo la observación de Felipe, volví a fijarme en la puntuación. La verdad es que yo opino distinto a él: ¡me encantan las comas y los puntos y comas! Pero tampoco me molesta realmente leerte así. Tú sueles usar los puntos seguidos en tus textos; es parte de tu estilo. Quizá acá haya demasiados y por eso se noten más.

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  5. Suspenso, terror, horror, quién sabe y qué más da. Que algún antologador elija categoría. Yo me quedo con que el escalofrío del punto final.

    Por cierto, entiendo tu uso de puntuación. Das lugar a un ritmo, ojalá el ritmo que deseas. Peligros de editor, tal vez, es creer que su respiración es la de todos. Pero bueno, la edición o no es - maldita cacofonía - decisión de Javier.

    Por otro lado, me recordaste cierto cuento que escribí en mi primer blog, allá cuando me gustaban los nombres extraño para la página y mis esperpentos no pasaban las dos páginas. También era un juego con las sombras, pero claramente no tenía la maestría narrativa que tienes tú. En fin, ahora buscaré el texto entre tanto papel virtual.

    Saludos.

    PS: "no tenía la maestría narrativa" ¿Tenía? ¿La tengo? Vaya ataque de ego el mío. En fin, ya está escrito.
    PS2: Nunca lo dije entre tantas palabras: ¡Excelente cuento¡

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  6. Buen cuento, llama la atención de cualquier lector
    Para ser breve logras transmitir un deseo inevitable de ese "y que pasará después"?
    Me sorprendes Javier, nunca te había leído
    aunque no es mi tipo de literatura predilecta me gustó bastante !felicitaciones! y mucho éxito como escritor, saludos :)

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  7. interesante.... es algo que también lo he pensado.... pero estuvo excelente como usaste la sorpresa en este relato bueno sobre todo el final...

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  8. ¡Agh, se me borró el comentario, fuckin' CRISOL!

    Da miedo, de verdad y como siempre, es muy fácil de evocar. Podrías revisar la puntuación (que al menos a mí no me generó ruido, pero a otros sí) y dejarlo "a toda máquina". El doppleganger me recordó al cabro chico japo de "El Grito", probablemente por la constante presencia de elementos orientales en tus anteriores trabajos.

    Eso, ¡saludos!

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  9. Gracias (otra vez) por los comentarios. En verdad valoro que se den el tiempo para dejar sus impresiones.
    Solo quería agregar que le hice unas pequeñas correcciones a la puntuación, siguiendo los consejos de Felipe, quizás por eso ahora no hacen tanto ruido.
    Eso es lo bueno de la retroalimentación. Uno toma conciencia de sus errores ;)

    Saludos!

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  10. Me atrapo de inicio a fin, me gusta el talento que se alcanza a ver el ritmo que llevas es hipnotiZante, que chido.

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