sábado, 17 de septiembre de 2011

Cuento Breve: La Sombra


Cerró los ojos, esperando que su silueta se hubiera desvanecido, pero cuando volvió a mirar él seguía ahí, en medio de las sombras de su dormitorio; en un rincón junto a la pared. La noche era oscura. Incluso la luna parecía haberse escondido, contagiada de sus temores.

Era idéntico a si mismo, excepto por sus ojos: ojos negros como un abismo; un pozo sin fondo donde se veía reflejado. Trató de llamar a sus padres pero con horror se dio cuenta de que no era capaz. El miedo se aferraba a su garganta, desgarrando su voz en un hilo colmado de angustia.

Volvió a cerrar los ojos pero esta vez no los abrió. Se dejó embriagar por aquella falsa oscuridad, pobre remedo de la otra, la real,  que se apretujaba a su alrededor como los contornos de cientos de fantasmas, envidiosos de su vitalidad, de su calor.