martes, 21 de febrero de 2012

Cuento Breve: Un Violinista en Thüringer


Una fría mañana de otoño, un joven violinista apareció entre los sombríos robles del bosque de Turingia, en Alemania. Vestía un largo abrigo negro. Una boina gris le cubría la cabeza. El instrumento, de impecable factura, dormitaba en un pequeño maletín.

Con cuidada elegancia, como si se encontrara frente a un público selecto, el joven comenzó a tocar una triste melodía, parado, solitario en medio del vasto bosque. Su rostro reflejaba un hondo pesar. Los ojos estaban cerrados, como si aquella música evocara algún recuerdo, más aquel recuerdo no era feliz. La frágil silueta del joven, su pálida faz, los largos dedos, le hacían asemejarse a un triste fantasma. A veces un suave viento lo envolvía, moviendo levemente, con gentileza, sus negros cabellos.


Sin que el joven se percatara, poco a poco, ojos curiosos comenzaron a surgir de entre la hierba, tras las flores, ocultos entre la abertura de un tronco viejo. Decenas, cientos de presencias lo rodearon, atraídas por el encanto de su música. Un pequeño elfo se acercó hasta casi rozar sus zapatos. Un hada voló a su alrededor y luego fue a posarse sobre una flor. El joven violinista solo tocaba y tocaba. Siempre triste; perdido en si mismo.

Y así continuó hasta que el tiempo pareció detenerse. De improviso sus ojos se abrieron y la música cesó. Aún entonces no pudo ver a quienes lo vigilaban curiosos.

Volvió a guardar el violín, con delicadeza. De una bolsa que traía consigo sacó una gruesa cuerda. Luego, ayudado de un taburete de madera, la ató a una rama lo suficientemente fuerte para resistir su propio peso. En el otro extremo le hizo un nudo corredizo. Una vez hecho esto se sentó, silencioso.

Su mirada era oscura y melancólica. Los numerosos ojos que le observaban no podían entender la tristeza del joven. Todo el bosque estaba callado, expectante ante aquel particular visitante.

De esta manera, las horas fueron avanzando hasta que cayó la tarde y luego la noche. Alrededor del joven dormitaban, invisibles, diminutos gnomos. Un hada se columpiaba, sentada en el nudo de la cuerda, más el violinista no podía verla.

Y así, de improviso, tal como había llegado, el joven violinista se puso de pie, tomó su viejo maletín y se marchó con andar lento. Aquella noche no había luna.

En el bosque solo quedó una cuerda que se mecía silenciosamente. 

9 comentarios:

  1. No entendí el final, supongo que esperaba a un hombre lobo o algo así. Revisa tu puntuación, a veces hace perder un poco el ritmo.

    Blood

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  2. ¡Gran cuento, Javier! Me encantó la estética, la potencia de las imágenes, y la inclusión del elemento sobrenatural, como parte de una historia de corte más realista.

    Eso sí, creo que podrías haber trabajado más el tema de la música. Quizás, como complemento perfecto para describir las emociones de tu personaje, a través del "llanto" del violín mientras interpretaba esas piezas.

    De todas formas, una pieza soberbia por donde se le mire.

    Saludos cordiales,

    F.

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  3. Literalmente me has hecho volar con la historia por miles de razones, de las cuales voy a destacar la profundidad del contexto, lo detallado del ambiente, -pese a lo breve de la historia- y su esencia, tan peculiar. Me lo imagine como una película en HD, e incluso diría mucho mejor que eso.
    Eso sí, voy a confesar -lo siento, no lo pude evitar- que yo cambié el instrumento (no porque no me agrade el violín, es más,es un instrumento notable, pero quería darme el gusto. Hubo una sola palabra en tu cuento que me hizo irremediablemente cambiarlo), pero no varió la esencia, que eso es lo verdaderamente fundamental acá. Me dejaste llena de dudas acerca de su persona, partiendo por una pregunta que planteaste tú mismo: ¿Qué puede buscar? y respondiendo esa pregunta, me asaltan miles más, que pueden responderse, a su vez, de infinitas maneras.
    Para mi, en lo personal, fue muy profundo, aunque no dudo, que pudiste haberle agregado mucho más material, haber complementado y enlazando parte de su acongojo y su violín: Quizá su voz interior, lo que podía hablar por él.
    A lo mejor el mismo joven violinista te pidió en alguna parte de tu subconsciente que lo dejaras tranquilo, ¿no? :-)
    Simplemente genial, gracias por darte el tiempo de crear.
    Saludos.
    Victorie.

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  4. No tengo claro si es necesario entender el final, del que yo tampoco estoy muy seguro. Me he dejado llevar por la belleza melancólica del cuento, que me ha recordado los cuadros rafaelistas.
    ¿Iba a ser el último acto y cambió de opinión? ¿Un gesto? ¿Un mensaje?
    En cualquier caso, como ese maletín, el cuento es todo un placer y "de impecable factura".
    Un abrazo.

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  5. Cuando empezó el cuento, me dio la impresión que se trataba de un entorno de cuento de hadas; no me equivoqué del todo. El final está trabajado de manera sugerente y sutil, pero se comprende a la perfección. Hay mucha austeridad en la forma en la que narras este desenlace, y eso lo hace más hermoso.

    Ahora bien, creo que este mismo formato de cuento breve (muy breve) restringe en especial relatos como éste, que personalmente habría preferido leer de manera más ampliada, sobre todo en la descripción de las criaturitas del bosque, tan importante su silencioso rol ;)

    Por último, revisa la ortografía: algunos "mas" de conjunción adversativa (con la función de "pero") aparecen con acento. Más allá de eso, me gustó mucho. Siento muy cercano el texto a tu cuento sobre las hadas. Podrías recopilar estas historias y trabajar un libro de cuentos muy especial...

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  6. Muy bueno. Me gusto como se mostró el desenlace del la historia sin contar más. Además de que estaba muy bien proporcionado con su lado oscuro y alegre de la historia. En fin saludos señor nos vemos
    ------------------
    http://chileniaucronica.blogspot.com/

    http://blackhole.bligoo.com/

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  7. Que bonito, me siento algo identificado con el escrito, fue un gusto leerte :D, si gustas puedes pasar por mi blog, te lo agradecería mucho
    http://sentimientosenunboligrafo.blogspot.com/

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  8. Javier,

    No iba a comentarte en el blog este cuento, pero me decidí a hacerlo pues tengo más que decir y no cabe en 140 caracteres.

    Primero destacar que me llama la atención la simpleza del lenguaje que utilizas para describir cada imagen. Con esto quiero decir que lo simple, en este caso, logra transmitir la belleza de la imagen.

    Segundo, el componente "fantasioso" me parece sutilmente agradable... es como si de forma natural estuviese ahí lo sobrenatural. Creo, eso sí, que es una idea que en unas palabras más podrías darle mayor énfasis, como para encantar un poco más.

    Tercero, quedo con la sensación que estas mismas presencias son las que lo podrían haber dirigido al arrepentiemiento... no lo sé.. es la gracia de la interpretación personal también.

    =) Gracias!!

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